By Rafael Castro 
LOUISVILLE, Kentucky.–
Una tragedia estremeció la noche del martes a la ciudad de Louisville, cuando un avión de carga de la empresa UPS se estrelló poco después de despegar del Aeropuerto Internacional Muhammad Ali, causando un incendio de grandes proporciones que arrasó varios negocios y dejó al menos siete muertos y once heridos.
El vuelo, con destino a Hawái, transportaba más de 38,000 galones de combustible, lo que generó una gigantesca bola de fuego al impactar contra el suelo, seguida de múltiples explosiones provocadas por materiales inflamables en los alrededores, incluyendo tanques de petróleo y propano de una empresa de reciclaje.
Las tres personas a bordo —todos miembros de la tripulación— se presumen fallecidas, según las autoridades. Otras cuatro víctimas se encontraban en tierra al momento del siniestro, informó el alcalde Craig Greenberg.
El gobernador Andy Beshear lamentó la tragedia y advirtió que el número de víctimas podría aumentar conforme avanza la búsqueda entre los escombros. “Es un día oscuro para Kentucky”, expresó.
Testigos narraron escenas de pánico y asombro. Una empleada de tierra contó a CNN que corrió hacia la zona del impacto tras escuchar una explosión: “Escuché varios estallidos más y no podía respirar hasta que vi llegar los camiones de bomberos”.
A varios kilómetros de distancia, vecinos observaron cómo una columna de humo negro cubría el cielo. “En veinte minutos la nube ya estaba sobre nosotros”, relató Amanda Rhye, residente local.
Cientos de bomberos trabajaron durante horas para controlar las llamas y buscar posibles víctimas. “Este es un incendio de una magnitud devastadora”, explicó el jefe del Departamento de Bomberos, Brian O’Neill, al destacar que los equipos avanzan “cuadrícula por cuadrícula” en las labores de rescate.
Louisville, ciudad profundamente ligada a UPS —uno de sus mayores empleadores—, vive hoy momentos de luto y conmoción por un accidente que ha dejado cicatrices imborrables en la comunidad.