By Rafael Castro 
Nueva York.–
Francisco Lindor volvió a hacer historia con el uniforme de los Mets. El campocorto puertorriqueño disparó un cuadrangular la noche del jueves, con el que alcanzó la prestigiosa marca del 30-30 —30 jonrones y 30 bases robadas en una misma temporada por segunda ocasión en su carrera, en la victoria de Nueva York 8-5 sobre los Cachorros de Chicago en el Citi Field.
El batazo de Lindor no solo electrizó a la afición metropolitana, sino que lo consolidó como una de las piezas más consistentes y completas de la actual campaña de Grandes Ligas.
Convertirse en un jugador 30-30 por segunda vez lo coloca en un grupo de élite en la historia del béisbol moderno, reafirmando su condición de estrella y líder ofensivo del equipo.
El antesalista Brett Baty también brilló al conectar un jonrón clave que ayudó a sostener la ofensiva neoyorquina. Su aporte fue vital en un partido donde los Mets supieron responder cada intento de remontada por parte de los Cachorros.
El cuerpo monticular de Nueva York resistió los embates rivales en las últimas entradas, asegurando un triunfo que mantiene al equipo en la pelea directa por el último boleto de comodín de la Liga Nacional.
Cada victoria en esta recta final resulta crucial, y el desempeño de figuras como Lindor se vuelve determinante en la búsqueda de regresar a la postemporada.
Con este resultado, los Mets enviaron un mensaje claro: no están dispuestos a ceder terreno en la feroz batalla por la clasificación. La combinación de poder oportuno, solidez defensiva y un vestuario convencido de sus posibilidades mantiene viva la ilusión en Queens.