Santo Domingo.–
Los Leones del Escogido rugieron con fuerza en el estadio Quisqueya Juan Marichal al protagonizar una espectacular remontada que silenció por momentos a la fanaticada azul.
Con un impresionante rally de ocho carreras en la cuarta entrada, los rojos derrotaron la noche de este domingo 10-5 a los Tigres del Licey, en un duelo cargado de emoción, batazos y revancha capitalina.
El conjunto escarlata, que había comenzado el juego en desventaja 4-1, encontró en su alineación un despertar ofensivo que cambió por completo el rumbo del encuentro.
En ese productivo cuarto episodio, los bates rojos se combinaron con precisión quirúrgica, aprovechando los errores defensivos y la debilidad del relevo azul para fabricar una avalancha de anotaciones que dejó sin respuesta al campeón nacional.
Los Leones castigaron al pitcheo del Licey con una ofensiva colectiva de 14 imparables, encabezada por los maderos de Franchy Cordero, Yamaico Navarro y Erik González, quienes produjeron las carreras clave del rally.
Cordero, con un doblete impulsador, encendió la chispa que encaminaría la remontada, mientras Navarro y González se encargaron de rematar el episodio con batazos oportunos que limpiaron las bases.
El abridor escarlata David Kubiak no tuvo su mejor inicio, permitiendo las primeras carreras azules en las tres entradas iniciales, pero el relevo rojo —liderado por Jumbo Díaz y Gerson Bautista— se encargó de apagar las esperanzas liceístas, limitándolos a una sola vuelta en las últimas cinco entradas.
Por el Licey, Emilio Bonifacio y Elly De La Cruz destacaron con el madero, cada uno con un par de imparables, pero la ofensiva azul se vio maniatada después del explosivo arranque. El bullpen no pudo sostener la ventaja y cargó con el peso del descalabro.
El triunfo permitió al Escogido mejorar su récord en la tabla de posiciones y acercarse a los primeros lugares, mientras el Licey continúa con altibajos en esta fase inicial del torneo otoño-invernal.
El ambiente en el Quisqueya fue una fiesta dividida: la mitad azul que soñaba con otra victoria ante su eterno rival, y la mitad roja que celebró eufórica el regreso de su equipo a la senda ganadora.
Con esta victoria, los Leones envían un claro mensaje: su ofensiva está viva, y el campeonato apenas comienza.

