El sindicalismo se perdió en el barullo de líderes y ambiciones personales Porque: “No puedes cambiar tu vida, si no te cambias a ti mismo primero” 

 

Por: Rafael R. Ramírez Ferreira 

Si puedes vivir en medio de la 

injusticia sin sentir enojo, 

entonces eres tanto  

inmoral como injusto. 

Tomás de Aquino. 

La humanidad está en medio de una supuesta o real prosperidad en todos los sentidos, todo esto, siempre y cuando no veamos el fondo de las cosas, ya que en estos tiempos reina más el envase que el contenido. Sí hablamos de coches, teléfonos y cuanto aparato mecánico y su combinación con la electrónica se trate, siquiera vale la pena hablar, ya que todos, ahora vienen con un tiempo de caducidad que asombra, donde al parecer es una guerra a muerte entre la efectividad y la apariencia. 

Pero, ojalá y solo fuese en este terreno donde se experimentara lo que acabamos de exponer, porque, en cuanto a nuestro país, la cosa espanta y, lo peor, es que pocos sienten ese espanto. Y, para definir esto, deberíamos y tendríamos que iniciar por lo básico, por aquello que nos permite desarrollarnos en la realidad como seres civilizados, es decir, la educación, sin la cual todo lo demás carece de sentido, ya que, solo son sucedáneos para el vivir. 

Desde hace bastante tiempo, existe un sindicato -parecido a aquel que paralizaba los muelles-, dominado por un grupito de “sacrificados líderes” que se pasan la antorcha para su manejo que bien podríamos llamar la asociación del caos y la indolencia y, porque no, hasta del crimen, debido al enorme daño que ha causado y causa en la preparación intelectual del estudiantado dominicano, principalmente del que más lo necesita, producto de sus desfasados y abusivos métodos para exigir derechos, sin que, hasta el momento, estos hayan ido acompañados de sus respectivas responsabilidades. 

Siendo, además, que por más que traten de disfrazar el fin último, lo que prima y ha primado, es el interés de satisfacer sus ambiciones personales. Pero, para aumentar aún más el perjuicio del referido sindicato en la formación del estudiantado, ahora, lo que antes funcionaba como uno para todo el país, en algún momento ha sufrido algún tipo de cosa, muy parecido a ser conejo o curío, pariendo sus propios parásitos sindicales locales que actúan apoyados en el tronco, pero haciendo lo que les viene en ganas cual, si fuesen sus ramas, pero alimentándose por ellas mismas. Es decir, que funcionan por sí mismas y en base a sus propias ambiciones. 

Estas seccionales realizan asambleas relacionadas con su sindicato, pero, no en horas libres o los fines de semana, no, lo hacen paralizando la poca enseñanza que brindan al alumnado y nadie dice o puede decir o hacer algo en contra de esto. Por eso, el mayor fraude económico, físico, material e intelectual, -aparte de SeNaSa- que se lleva a cabo en este país, lo constituye el destinado a la educación, bajo la batuta de esa asociación que hace y deshace a su antojo, donde, sin mucho apuro, se puede destapar cualquier “líder sindical” declarando una fortuna de cientos de miles de pesos, ¿cómo? Con astucia e inteligencia, ya que nadie ha podido o a querido probarles nada. 

Ante el hecho sabido de mucha promoción y poca adquisición de conocimientos, bastaría con decir lo siguiente con relación a las horas de clases que se imparten. A saber, minutos más, minutos menos: Llegar a las 8  izar bandera y un acto Cívico cuya duración es impredecible; luego a las aulas para el desayuno y de 9:45 a10:15 recreo. Luego a las aulas hasta las 12 para el almuerzo sin hora fija para terminar y volver al aula, ya que a las 2:15 toca un receso porque rondando las 3 y algo son despachados. Entonces, calcule usted las horas que han tenido para cumplir en lo mínimo un pensum, pero, eso no lo ven las autoridades llamadas a supervisar y, mucho menos, el sindicato, porque al final, son estos los culpables del desastre. ¡Sí señor! 

 

 

 

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